viernes, 22 de abril de 2016

¿No fue Tolstoi quien dijo que no había que confundir lo bello con lo bueno?

Cosmos (2015)
Andrzej Zulawski

Las tensiones que produce el constante enfrentamiento de contrarios del mundo (dice 
Heráclito) no implica caos, sino kosmos. La proliferación de eventos inconexos entre sí (random occurrences) afecta la conciencia de un joven estudiante de derecho que busca algo de paz en las afueras de la ciudad. Esta aparente falta de sentido de los acontecimientos encuentra en la sensibilidad del personaje una arista para la comprensión del mundo: su medida, proporción y orden.

Cosmos (una adaptación de la novela de Witold Gombrowicz) reproduce un modo de narrar dinámico (estrés diegético), diálogos vertiginosos sin pausa, discontinua música extradiegética (catársis emocional). Frenesí narrativo. 
Delirio o imaginación. 
Un policial o una comedia desopilante (¡siempre quise usar esta palabra!).

De este modo, Cosmos, de Zulawski, intenta reorganizar la aparente confusión del universo, que tiene (ante la mirada subjetiva) una organización caótica. Pero qué hay en el cosmos sino un sistema ordenado de relaciones. 

Una película estéticamente bella. Habrá que buscar la novela.


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