sábado, 21 de mayo de 2011

Las reglas del BAFICI

Título: Misterios de Lisboa
Director: Raúl Ruíz 
Año: 2010
Nacionalidad: Chile
Valoración: No recomendable 

Es curioso que tras casi cinco horas de largometraje no halle palabras adecuadas para ilustrar lo que este film produjo en mi conciencia espectadora. Creo que (al decir "creo" aspiro expresar lo inexacto del término) al comienzo, Misterios de Lisboa generó excesivas expectativas ("es una telenovela pero bien hecha", decían los baficianos). Una costosa producción y un renombrado director pagaban la cita, pensé crédulamente. Comenzado el espectáculo, percibí ciertos desajustes en el guión y algunas situaciones que discernían con la intención género-realista del filme. Ésta fue la primera alerta del engaño al que me sometía. Luego, avanzadas las primeras horas, sentí que el filme se equilibraba entre lo que efectivamente era y lo que anhelaba ser. Si bien los desajustes persistían, intenté obviarlos para justificar el tiempo transcurrido frente a la proyección. El intervalo llegó justo cuando las vejigas ardían y las extremidades se atrofiaban sobre el mullido suelo de la sala. El resto, es historia. Una extensísima analepsis convirtió el filme en un bodrio tal que los misterios habían dejado de importar y Lisboa había quedado en el más oscuro rincón del olvido. Las horas transcurrieron entre la incomodidad corporal y el íntimo deseo de finalización. El espectáculo fílmico devino anécdota y nada más.

Misterios de Lisboa, homónimo de la novela decimonónica de Camilo Castelo Branco, arruinó toda una tarde que prometía sol y brisa acogedoras. Pero las reglas del BAFICI son claras: shit happens.

1 comentario:

  1. Yo casi fui engullido por un bodrio también relacionado con Lisboa, la trayectoria de cortos de un tal Sandro Aguilar, oriundo de Lisboa al igual que sus producciones y su entusiasmo por aburrir.

    Shit happens

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